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Prepárate para descubrir una joya oculta en el corazón de la región vinícola de Burdeos en Francia: Libourne. A medio camino entre la campiña y la ciudad de Burdeos, este encanto de pueblo ofrece varias experiencias maravillosas.
Libourne ostenta una hermosa plaza central con casas medievales bien conservadas y un vibrante mercado de comida local. El río Dordogne, que cruza el pueblo, es perfecto para un paseo al atardecer. La iglesia de Saint Jean, con sus impresionantes frescos, es otra visita que no debes perderte.
Al elegir un coche de alquiler, considera que las calles de Libourne pueden ser estrechas. Un compacto sería la opción ideal para maniobrar y aparcar con comodidad.
El tráfico en Libourne no suele ser pesado, por lo que conducir por el pueblo es generalmente fácil. Asegúrate de seguir las señales de estacionamiento y pagar las tarifas correspondientes.
Con tu coche de alquiler puedes descubrir la región vinícola de Burdeos. Saint-Émilion es una visita obligada, con sus viñedos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
A diferencia de Argentina, en Francia se conduce por el lado derecho de la carretera. También, los límites de velocidad se indican en kilómetros por hora, no en millas. El límite estándar en ciudades es de 50 km/h.
El euro es la moneda utilizada en Francia. Aunque es posible que los precios parezcan altos comparados con los argentinos, Francia tiene un alto nivel de vida y sueldo, al igual que la calidad de sus servicios y productos.
Libourne tiene eventos y festivales durante todo el año que valen la pena experimentar. No dejes de probar la famosa "Feria del vino" en verano.